Publicado el Deja un comentario

Qué debes hacer para pasear a tu perro y no ser paseado

Post para Blog Toppet
Post para Blog Toppet

Qué debes hacer para pasear a tu perro y no ser paseado

Escrito por Dra. Jesmir Varona Socias

Doctora en Medicina Veterinaria y Periodista

Caminando con mi perro ¿Pasear o ser paseado?

Como expusimos en un post anterior, adoptar una mascota implica una gran responsabilidad. De hecho, varios estudios indican que antes de ser padres de bebés humanos se recomienda ser los padres adoptivos de algún animalito. Es obvio que no es lo mismo, pero sí requiere un alto grado no sólo de amor, sino de responsabilidad y cuidado.

Nuestras mascotas son como bebés. Las más de las veces son sus “papás” humanos los que deciden qué deben comer, cómo debe ser su aseo, entre otras cosas.

Hoy nos referiremos a un aspecto que es muy importante en la vida de los perros: el paseo.

El paseo, le brinda al perro la oportunidad de hacer ejercicios, estirar sus músculos y gastar un poco de energía. Claro, también le da esa misma oportunidad a sus dueños cuando estos son paseados por sus perros. ¿A cuántos de nosotros no nos ha sucedido que llegamos a un punto en que no se sabe quién pasea a quién?

Parafraseando a Shakespeare:

Pasear o ser paseado, he ahí la cuestión

Aquí te dejamos algunas recomendaciones para que seas tú el que pasee a tu perro y ambos puedan disfrutar de ese momento de ocio:

Antes de comenzar debes entender que para el perro el paseo es un juego, por tanto, debes lograr que se divierta a la vez que vas corrigiendo las posturas negativas. Esto se forma desde que el perro es un cachorro. Órdenes como sentarse, caminar junto, seguir el paso, o cualquier otra, deben convertirse en nuestra mascota en reflejos condicionados.

¿Les dice algo el experimento de Pavlov?

A los que no les dice nada, se los resumiré en breves palabras. Este experimento consistía en sonar una campana o encender un bombillo cada vez que se iba a alimentar al perro, de ahí que este fue creando el hábito de secretar saliva cada vez que sonara la campana, aunque no hubiera comida.

Aprendió que el sonido de la campana, significaba comida… ¿sería libre de granos? (bueno, ese fue el tema de otro post)

Como decíamos, el reflejo condicionado en el perro se logra a través de recompensas y castigos, cuando el perro cumple lo que se le ordena, debe ser recompensado, ya sea con palabras o con golosinas. Los castigos deben ser proporcionales a las faltas, nunca desmedidos.

El hecho de castigar no debe leerse nunca como maltratar a tu mascota. El castigo debe ser en el acto, es posible que usted se acuerde diez minutos después que su perrito no se sentó, y lo castigue por eso. Permítame decirle que su perrito ya no se acuerda de por qué lo está castigando. Por tanto, el regaño debe ser en el momento.

Desde mi experiencia…

Permítanme ilustrarles con un ejemplo personal, que si bien no es de un paseo, si puede darles tips de cómo crear reflejos condicionados.

Nuestra perra Nina, tiene mucha energía y fue necesario canalizarla a través de algo que no fuera destrozar nuestra basura (llegué a creer que tenía algún marcador genético de trituradora de papel), así que se me ocurrió enseñarle el juego de buscar y traer un palito.

Al principio fue algo difícil demostrarle que debía buscarlo. Lo que hacía era ir yo hasta dónde había caído y llamarla.

Poco a poco aprendió la técnica de buscar el palito, incluso a veces hago el movimiento del brazo, pero no lo lanzo, ella espera a ver que el palito es lanzado para salir como bala a cogerlo. Sin embargo, la técnica de soltarlo ha sido más compleja.

A veces no quiere devolverlo, entonces, como el juego la divierte, sólo me quedo parada seria y le digo:

“… si no lo sueltas, no jugamos más…”

De esta forma ha entendido que debe devolverlo si quiere seguir jugando. Les aseguro que ambos nos divertimos mucho y la basura nos agradece.

Volvemos a los paseos…

Con los paseos puedes hacer otro tanto. Debes lograr que tu perro se divierta, nunca dar tirones a la correa que puedan asustarlo, no hacer gestos bruscos, ni gritarle. Recuerda, es un juego y el truco es que ambos la pasen bien. Ah, si ves que no consigues que tu perro aprenda a pasear aún después de tus mejores esfuerzos, siempre puedes buscar a un entrenador profesional que los guíe a través del proceso.

A lo mejor un día nos encontramos por ahí, cada uno con su perro. Entonces, ¿serás tú el paseado?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *